Sobre la categoría Experimental

La categoría Experimentales históricamente ha sido el bicho raro de la muestra. Fuentes modulares, algunas veces ilegibles, exploraciones y divagaciones formales. Es una parte de la exposición donde el público se detiene poco, aunque es un lugar donde seguro podemos encontrarnos cosas nuevas. Pero quisiera re exionar un poco sobre las posibilidades.

Si me permiten la comparación, algo similar ocurre con la música experimental, ahí donde se escucha ruido o silencio, muchas veces hay una gran idea que será utilizada en el futuro incluso en la música más popular. Es que en la creación experimental se busca algo que antes es imaginado, se prueba una herramienta hasta que casi se rompa o se exploran los límites de los sentidos solo para ver qué pasa.

Esta bienal las sorpresas fueron juegos de identidad local: Vanessa Zúñiga expone Modular 46 con trenzas y tejidos que permiten construir letras, patrones e imágenes, y su Tiwanacu fuerza las formas de la Puerta del Sol hasta convertirlas en una palo seco, pero llena de ornamento. Luis Bolaños diseñó una tipogra a inspirada en el trabajo de telar incaico, con letras que se conectan entre sí verticalmente y la llamó Kero.

Por otro lado tenemos experimentos más puramente formales: Rubén Salinas diseñó Exoesqueleto, un alfabeto con módulos que recuerdan un laberinto y una mención especial para el Proyecto Personal Carteles de Ensamble y Tipos, una serie de alfabetos achurados, metalizados y sombreados, llevando la ornamentación en alto contraste y la posibilidad de capas a un nivel espectacular.

Finalmente Sonotipo, de Manuel Guerrero y Alfonso Alba, que por medio de programación en processing sometieron los contornos de este alfabeto a música metal, generando una black con contornos de espectrograma extremo. ¿Qué pasará con otra música? ¿qué pasará con otras letras? Algunos experimentos generan respuestas en forma de más preguntas, ese es el objetivo de esta categoría. Esperamos que para la próxima bienal lleguen los programadores, los artistas y los diseñadores a mostrarnos cuáles pueden ser los límites de la imaginación y de la tecnología.


Joaquín Contreras

Diseñador Gráfico Universidad de Chile. Socio fundador de Estudio Navaja, especializado en diseño de identidad gráfica y diseño editorial (2010 a la fecha). Junto con Nicolás Sagredo forman el proyecto editorial Siega. Forma parte del Colectivo y taller de artes gráficas Perro Sur en Valparaíso (taller de Grabado, serigrafía, litografía, etc.). Co-fundador del colectivo Sindicato de la Imagen, espacio de pensamiento crítico y difusión del diseño gráfico (2000-2007). Co-fundador del colectivo / editorial de difusión cultural Lanzallamas. Este contó de una revista online durante 5 años y editó libros y fanzines (novela, ensayo, poesía, libros colectivos). Fue una de las primeras llamadas microeditoriales de Chile (2006-2010). Su trabajo como tipógrafo ha sido destacado en la Bienal de Tipografía 2008, con las fuentes Romances y Epístola, parte de su investigación acerca de la caligrafía de Mauricio Amster. En esa misma bienal, fue parte de la organización en su sede Concepción. Su trabajo tipográfico fue publicado en al libro Carácter Latino. Index Book 2012.

Docencia

Profesor adjunto en Taller Gráfico II en UDP desde 2012 a la fecha. También desempeñó labores docentes como relator del Diplomado de Tipografía y Lettering 2015 y del Diplomado de Tipografía Digital en 2013 y 2014, Universidad de Chile. Profesor del Electivo Diseño de fuentes digitales 2014, Universidad de Chile. Profesor de Taller de diseño gráfico: Universidad del Desarrollo sede Concepción 2008 y 2009, Instituto Santo Tomás de Concepción (2009) y Viña del Mar (2010-2012). Además participa en diversos proyectos musicales: la banda Marcel Duchamp, el proyecto electrónico Quim Font y el trio experimental ojO.